«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra»



(LUCAS 1, 26-38)
Tal vez este fragmento del evangelio de hoy sea un buen motivo para repasar el mensaje del papa Francisco en la Exortación Evangelii Gaudium, nos encontramos con este “alégrate”. Que se sitúa como un ejemplo de esa alegría que debe ser el Evangelio para que llene nuestros corazones (EG 5). Deberíamos releer ese número en el que el papa nos pone a María como ejemplo de esa alegría. María constituye un ejemplo de la alegría que solo puede nacer de la confianza y la esperanza que nos trae la Buena Noticia. Ella se convierte en un auténtico Ángel, al ser la portadora de esa Buena Noticia para el mundo, para el ser humano, para todas las criaturas. Una mujer convertida en altar, en sagrario para nosotros. ¿Es en mi vida el Evangelio, su anuncio, motivo de alegría? ¿María es un ejemplo a seguir en mi vida en este aspecto de mujer/ madre? ¿Tengo entrañas de madre para con los que me rodean?

Si estamos “en su presencia, todos nuestros días”, Jesús nos librará de todos los miedos, del miedo a enfermar, a equivocarnos, a hacer el ridículo, a no saber deshacer los enredos que hemos podido crear sin saber si vamos a aumentarlos, del miedo a cambiar, a dejar de vivir atrapado en la ofensa, a reconocer y reconocernos lo que hemos roto, tantas cosas valiosas, especialmente personas, relaciones, comunidades, grupos,… que estuvieron en nuestra manos y dejamos caer, consciente o inconscientemente, por no cuidarlas como deberíamos, por no reconocer lo que eran, por comprar la versión o la compañía de otras personas que se nos mostraron como más brillantes, del miedo a mostrar vulnerabilidades… Jesús sana nuestros miedos, si los ponemos en sus manos, no hace que desaparezcan las causas, pero nos ayuda a vivirlas, y sobre todo nos ayuda a discernir lo mejor para servir a Dios en santidad y justicia todos nuestros días.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Andaban como ovejas que no tienen pastor. XVI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (AÑO B)

He visto al Señor y ha dicho esto. SANTA MARÍA MAGDALENA, fiesta