19 de marzo de 2023, Domingo 4º de Cuaresma - Ciclo A,

 

El Señor es mi pastor, nada me falta:
en verdes praderas me hace recostar.

 Juan 9,1.6-9.13-17.34-38.

Reconocer que yo estoy ciego y que Jesús es Luz me lleva (como el ciego sanado) a postrarme ante él, para decirle: «Creo, Señor», aquí estoy, a tu servicio, pídeme lo que quieras... y dejar que sea el Señor de mi  vida. Y ya que Él mismo dijo: El Espíritu de Dios está sobre mí porque él me ha enviado a dar la vista a los ciegos, le daré la oportunidad de que me cure, de que me salve. 

Que no tenga que decir de mí, de ninguno de nosotros: "Como dices que ves"... no tienes curación, estás lejos de Dios, no puedo hacer nada por ti.

Solo la fe en Jesús, que nos acerca a la
realidad de todos nuestros hermanos, nos

puede hacer abrir los ojos y dotarnos de la luz

que nos devuelva la vista. La fe en Jesús nos

acerca a quienes sufren, a los desfavorecidos,

y a través de ellos a todas las realidades del

ser humano: el hambre, la muerte, la falta

de servicios esenciales como la sanidad, la

educación...

¿Conozco la realidad que me rodea? ¿Qué
puedo hacer por cambiarla? Solo desde la

oración, puedo hacer que el altruismo se

convierta en construcción del reino, ¿con

qué frecuencia me dedico a la oración?, ¿Soy

capaz de hacer de mi acción, oración?.

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