Señor, que me escuche tu gran bondad el día de tu favor.
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¡Manos a la Cruz! |
Siervo de Yahvé.
El pasaje de Isaías presenta a Jesús como un siervo obediente y sufrido de Dios. El siervo describe su relación con Dios y cómo ha sido capacitado para enseñar la sabiduría divina a los seguidores de Dios. A pesar de haber sido maltratado y humillado, sigue confiando en la ayuda de Dios y su justicia.
Este pasaje también muestra la importancia de la fe y la fuerza de voluntad en el camino de servir a Dios. El siervo es consciente de que su tarea es difícil, pero persiste en su camino debido a su fe y confianza en Dios.
En resumen, Isaías 50:4-9a es un recordatorio sobre la importancia de la fe y perseverancia en nuestro camino de servir a Dios, a pesar de las dificultades que puedan surgir en el camino.
También nos muestra la humildad y la disposición a obedecer a Dios, incluso cuando se enfrenta a la injusticia y el rechazo de los demás.
Este pasaje también sirve como una profecía del sufrimiento y muerte de Jesús, quien fue el siervo obediente de Dios en su vida terrenal. Jesús es un modelo para nosotros de cómo vivir una vida de fe y servir a Dios en todo momento, incluso en los momentos más difíciles.
En conclusión, Isaías nos invita a ser como el siervo de Dios, humildes, obedientes y perseverantes en nuestro camino de fe, confiando en la ayuda de Dios y su justicia, incluso en los momentos más difíciles.
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