Domingo 33º del Tiempo Ordinario - Ciclo A - Domingo, 19 de noviembre de 2023.

 

 Has sido fiel en lo poco, pasa al banquete de tu Señor.

El domingo pasado contemplábamos a un grupo de jóvenes que se quedaban sin entrar en el banquete de bodas, sin pasar al Reino, por haber dejado apagar las lámparas y no tener una reserva de aceite. Aquella parábola terminaba con una invitación: «velad, porque no sabéis el día ni la hora». Y para explicarnos en qué consiste estar despiertos, qué quiere decir tener aceite en las lámparas, Jesús nos cuenta una nueva parábola: los talentos. Hoy, parece, se nos dice que tenemos que trabajar. Pues vaya. Es que salvarse está al alcance de todos, pero hay que poner de nuestra parte. Cada uno con sus dones, o sea, con sus talentos.

No es difícil traducir la parábola del evangelio de hoy a nuestras propias vidas. A cada uno de nosotros se nos ha confiado una tarea para que la riqueza del Señor dé mucho fruto, según el carisma de cada uno, como nos recuerda san Pablo (1 Cor 12, 28-30). Todos tenemos valores, cualidades, talentos mas que suficientes. Todos. Y es nuestra responsabilidad hacerlos rendir.

 Pero hay quienes siempre se sienten peores que los demás, que no tienen cualidades, que no sirven para nada, que siempre les parece que estorban o están de más en todas partes; que nunca se atreven a asumir una responsabilidad, a cargarse con complicaciones, que piensan que todos les critican, que nunca se sienten suficientemente queridos, que en el fondo se desprecian.  Aunque parezca lo contrario, a esta gente le falta humildad. La humildad bíblica implica valorarse a sí mismo y valorar en su justo término a los demás, y así ni lo inferior de uno mismo abruma, ni molesta lo superior que se ve en los otros. Con frase de Santa Teresa de Jesús, humildad es andar en verdad, reconocer los dones que todos, como hijos, hemos recibido de nuestro Creador, para poderlos poner al servicio de los demás, como nos recuerda esta parábola de los talentos. 

Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados. Y aprovechando nuestros talentos

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