Estad siempre Alegres. Domingo 3º de Adviento - Ciclo B


 


Jesús está llegando.
El Adviento avanza y sentimos la cercanía del Señor que viene a nosotros. Queremos prepararnos para acoger al Señor y dejar que Él crezca en nosotros y llene de su luz nuestra vida. También nosotros vivimos la ilusión previa al parto. Al igual que una madre y un padre desean ver y abrazar al hijo que esperan, toda la Iglesia anhela celebrar el nacimiento del Hijo de Dios.  Por este motivo, en estos días previos, es importante mirar con esperanza para descubrir los signos del nacimiento de Dios que viene a nosotros «en cada hombre y  en cada acontecimiento para que lo recibamos con fe y para que demos testimo- nio por el amor de la espera dichosa de su  reino». 

Allanad el camino. 
La mejor manera de prepararnoS para vivir con intensidad este tiempo, además de con la oración y la participación en la vida eclesial (parroquial, comunitaria), es mediante el compromiso con el prójimo, especialmente con los más necesitados. Queremos allanar el camino para que el Señor llegue a todos y transforme la vida de aquellos que le esperan. Por ese motivo, todos estamos llamados a curar, dar esperanza, llevar alegría, ser solidarios, estar cerca de quienes sufren y hacer po- sible que la justicia y el amor que viene de Dios alcance a todas las personas. Asi prepararemos, auténticamente, el camino al Señor que viene a nosotros.

Compartid vuestra alegría. 
Los creyentes estamos llamados a ser, como Juan Bautista, testigos de la luz en la Iglesia y en el mundo. Es nuestro compromiso y nuestro ser: allanar los caminos al Señor, facilitar su venida allá donde estemos cada uno, hacer posible el nacimiento de Dios en el corazón de todos. Es nuestra alegría: ser testigos del Señor y esforzarnos porque todos acojan a Jesús que viene a nosotroS.
¿Puede haber motivo de mayor alegría? Dios quiere nacer en nosotros y por ese motivo nos preparamos para acogerlo. 
La liturgia hoy nos habla de alegría, precisamente, porque es el camino por el que más fácilmente nos podemos encontrar con el Señor. Ser agradecido, tener una mirada compasiva, acoger al otro, encontrarnos con la comunidad... facilitará que Jesús nazca en nosotros y experimentemos la auténtica y profunda alegría de vivir y creer.
 
 
 * Fotografía tomada en Colonia Independencia, Guaira (Paraguay)
 
 

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