El amor es el juicio definitivo.




Juan (5,17-30) "Los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio". 

No todo da igual, ni posee el mismo valor. El Reino se construye exclusivamente a base de gestos comprometidos con el bien, no sobre relaciones ambiguas y sórdidas con el mal. Por ese motivo, nuestra historia recibirá un juicio. Pero el anuncio de ese juicio no es para provocar el miedo a ser condenados, sino para ayudarnos a caer en la cuenta de lo mucho que podemos hacer de infinito en lo que aparentemente es limitado y pequeño por los cuatro costados. 
 
Cuanto de bueno nazca en nuestra vida cotidiana tiene una repercusión que supera el tiempo y el espacio hasta alcanzar la aprobación misericordiosa de Dios. El amor es lo definitivo. Tal es el veredicto final. 
 
iBendita forma de adelantar el desenlace de un juicio para que, desde ahora, nos sea benigno! 

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