Todavía no había llegado su hora.




(Jn 7, 1-2. 10. 25-30) «A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino que el Verdadero es el que me envía; a ese vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él y él me ha enviado».

Ya hay una decisión tomada sobre el final de Jesús.
 
Todo está dispuesto. Sabemos el guion. Pero, mientras se cumple, nos escandalizamos. Pesa aceptar que Jesús provoque una oposición de tal índole. Da a suponer que el bien es incompatible con nuestro mundo y que no se le concede más opción que ser expulsado... Esa intolerancia traspasa los siglos y llega a nosotros. Representa la prueba de que algo insano nos merma por dentro, ante lo que parecería que estemos indefensos, y claro, eso suele llevarnos al pesimismo. 
 
El Evangelio, sin embargo, nos cita con Jesús y nos coloca a su lado. Su cruz resucitada nos narra otro final para nuestra buena voluntad rechazada. El mejor "happy end" para nuestra historia personal y para la Historia universal en su pasado, presente y futuro. 
 
A pesar de las dudas e incomprensiones, deja que Jesús protagonice la película de tu vida. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Andaban como ovejas que no tienen pastor. XVI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO (AÑO B)

He visto al Señor y ha dicho esto. SANTA MARÍA MAGDALENA, fiesta