Una nueva oportunidad
(Lc 13,1-9)
Señor, déjala todavía este año; yo removeré la tierra alrededor de ella y la abonaré.
Puede ser que así dé frutos en adelante. Si no, la cortarás'.
La cita era la consabida de cada año. Por esas fechas. el señor de la finca volvió a quejarse de la esterilidad de la higuera al ojearla de arriba abajo. Su
jornalero le pidió por enésima vez que le dejara otro año prórroga antes de cortarla. Había pensado una manera
nueva de dar vigor al árbol; parecía que había funcionado
en otros sitios. Entonces el señor repitió su refunfuño, pero cedió finalmente a la propuesta. En realidad, ambos, señor
y jornalero, sabían de antemano que se produciría el mismo
desenlace. En cierto modo, estaban actuando. La razón era sencilla: nadie tenía que convencerlos de las dimensiones
infinitas de la paciencia del Creador para con sus creaturas, incluso con su pobre higuera estéril.
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