Juan y Jesús
(Lc 1, 5-25) Gabriel anuncia el nacimiento de Juan Bautista..
Juan el Bautista y Jesús componen un precioso díptico, en el que ambos vivirán complementariamente
el rumbo inédito que asumía el tiempo. A uno le toca prologar el nacimiento de lo distinto, y a otro, darle plena maduración. En esa partitura, Juan el Bautista actúa de preludio para la acogida de Jesús. No sobra tal preámbulo. Se asemeja
a tantos tiempos que hemos de consumir antes de que fructifique la misión en la que estamos empeñados. Son tramos silenciosos de roturación de suelos y de siembra paciente de semilla. Hay que hacerlos, aunque sin avistar aún nada que
Consuele. Cuánto ayuda saber que, en esos sueños aún borrosos y primeros pasos sin efectos claros, está ya emergiendo la
esperanza. Así lo supo Jesús de Juan el Bautista.
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