(Mt 11, 28-30) Venid a mí todos los que estáis cansados. En el mercado de las ofertas seudorreligiosas que hoy existe, el bienestar es uno de los productos estrella. Lo divino queda asimilado a un estado placentero y aproblemático, ideal para quienes habitan ritmos estrexsantes de vida como son los de nuestras sociedades actuales.: pero bajo los adoquines no hay arena de playa (Ismael Serrano). Jesus tampoco renuncia a prometer descanso. Su Evangelio conduce a una pacificación personal y colectiva, mucho mas sencilla y asequible que la que sentían tantos «cansados y agobiados» ante el legalismo asfixiante de los fariseos. Sin embargo, el Maestro no niega que su ofrecimiento de descanso incluye también un lado duro e ineludible. El «yugo» de confrontarnos con lo que resiste al amor no se deja a un lado. Ha de seguirse cargando por muy llevadero y ligero que sea. Con eso sucede lo previsible: los proveedores de espiritualidades tranquilizadoras han quitado de su escaparate al Evange...
(Lc 3, 10-18) Y nosotros, ¿qué debemos hacer? El Adviento continúa inspirándose a través de los impulsos de Juan el Bautista. Su proclama es que lo nuevo no vendrá como si fuera un acontecimiento externo a nosotros, fruto de un arte de magia. Tampoco llegará como una solucion prefabricada de un áesianismo fácil, un mesianismo instantáneo tipo TikTok . Ciertamente ha de venir un Mesías, pero su venida conecta de antemano con nuestra disposición de acogida. Juan el Bautista es en el que la conversion es eł gesto congruente para con quien quiere habitar entre nosotros. Sería la preparación adecuada para que pueda producirse en plenitud un encuentro definitivo Con quien viene. Juan quiere convencer de que esa preparación es asequible a cualquiera. Pide que rehuyamos de la idea de que lo nuevo que va a acontecer exija personas que, por excepcionales, son inexistentes. La «gente», unos «publicanos» y hasta varios «militares» le preguntan por el modo de realización de ese cambio. El Baut...
(Mt 1, 1-17) Genealogía de Jesucristo, hijo de David. En la tradición cristiana siempre se asocia el Espíritu Santo a una creatividad fuera de los moldes corrientes. Rasga esquemas mentales, traza líneas inéditas por espacios y tiempos imposibles, desconcierta en su forma de reconsiderar lo que ya se daba por hecho que era inamovible. Con el Espíritu, las biografías humanas mas y comunitarias hacen viajes no planeados y se despliegan con ritmos imprevistos. El Espíritu trastorna, plantea soluciones nunca pensadas, pone luz donde jamás nos hubiéramos imaginado que podría haberla. Vuelve a recomponer la historia con trozos de nuestras vidas que creíamos sueltos y aparentemnente discontinuos, escribiendo así un nuevo relato. De todo eso saben mucho quienes aparecen en la larga genealogía de Jesús, un bue ejemplo de creatividad de Dios para llevar al mundo hasta Belén.
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