Adúltera
Jn 8, 1-11 El que esté libre de pecado que tire la primera piedra
Mirar el corazón de la mujer con tu misma mirada; llena de misericordia, de justicia ( la justicia que no entienden los hombres siempre dispuestos a proferir condenas), de compasión, de salvación, de exigencia, de verdad: “No te condeno. Anda y en adelante no peques más”. No juzgar para no ser juzgado; no condenar para no ser condenado. Desde tu corazón abierto a la paz y el perdón.No juzgar para que no nos invada el egoismo que endurece el corazón y lo convierte en piedra arrojadiza. No juzgar para que el agua del Bautismo actue como purificador y transforme el corazón de piedra en un corazón de carne en consonancia con la entrañable misericordia de Dios.
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