Eucaristia-Camino.

Emaús.
(…) La Eucaristía es un regalo que no podemos fabricar nosotros mismos, sino que tenemos que recibirlo. Un regalo que se nos ofrece libremente y que pide ser libremente recibido. ¡Ahí es donde está la elección! Podemos elegir dejar al desconocido que prosiga su viaje y siga siendo un extraño. Pero también podemos invitarlo a nuestra intimidad, dejarle que toque cada partícula de nuestro ser y transforme nuestros resentimientos en agradecimientos. No tenemos por qué hacerlo, de hecho la mayoría no lo hace, pero siempre que lo hacemos, todas las capas, incluídas las más triviales, se hacen nuevas. Nuestras pequeñas vidas se hacen grandes y ello forma parte del misterioso trabajo de salvación de Dios.Una vez que tal cosa sucede, nada será ya accidental, casual o fútil. Incluso el más insignificante acontecimiento habla el lenguaje de la fe, de la esperanza y, sobre todo, del amor. Tal es la vida eucarística, la vida en la que cualquier cosa que hagamos es una manera de decir: ” Gracias, a Aquel que se unió a nosotros en el camino

Con el corazón en ascuas
J. M. Nouwen

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