“El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre”
(Mt 13, 36-43) Lo mismo que se arranca la cizaña y se echa al fuego, así será al final de los tiempos Somos cada uno trigo y cizaña. Lo mejor está combinado con lo que no es tan bueno. Las luces tienen motas de sombras; las sombras están veteadas de luz. Encada persona hay un campo de batalla entre lo más noble y lo más plebeyo; en cada pueblo, hay héroes para festejar y hechos que solo merecen ser olvidados. ILa realidad es ambivalente por todas partes. Es imposible cribar a la perfección lo extraordinario y lo despreciable.Somos esa mezcla. Y es Cuando tenemos que optar por lo más difícil, aceptar que en muestro campo hay mala hierba, pero por entre la que espiga el trigo fuerte y refulgente. por muchas malas hierbas que existan, Ese trigo merece su cosecha. Será alimento y, ademas, semilla... para la próxima Cosecha.