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Mostrando entradas de diciembre, 2023

Santa María, Madre de Dios.

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  Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.   Hay personas que saben ver más allá de lo que tienen delante. Tienen la vista aguzada y descubren cosas que otros no vemos. Algo así les pasó a los pastores. El ángel que les había orientado a acercarse al pesebre les había ayudado también a ver más allá de las apariencias. Porque las apariencias eran lo que eran: una pareja de pobres refugiados en un pesebre-cueva donde ella acababa de dar a luz un niño en un lugar maloliente como lo son esos lugares (esto del olor se nos olvida ponerlo en los hermosos belenes que hacemos en nuestras casas pero es elemento fundamental del nacimiento de Jesús). Los pastores vieron más allá de las apariencias y dieron gloria y alabanza a Dios. Ellos vieron que en aquel niño estaba presente la esperanza de Israel y de toda la humanidad. Sintieron que estaban ante el amanecer de un mundo nuevo. Por eso su alegría profunda, su gozo y su acción de gracias. María, dice también el Evangelio

Encontraréis un niño envuelto en pañales acostado en un pesebre.

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  Es Navidad : el día en que recordamos que Dios se hizo como nosotros y compartió nuestro destino desde nuestro primer aliento. Por mucho barullo feo que notemos alrededor nuestro, a partir de hoy podemos empezar otra vez con el rostro de Dios a nuestro lado. La Palabra se encarna hoy en un niño entrañable, que crecerá para enseñarnos una forma de vida que, enraizada en lo cotidiano, con conflictos y felicidades, se empeñará  en anunciar un modo de vida nuevo. El Reino de Dios. Un Reino que empieza desde abajo, desde un recién nacido en un pesebre. En ese Jesús hemos de encontrar el rostro de Dios, ese que nadie ha visto nunca. El que acampó entre nosotros y no quisimos ver. La Luz que no acogemos.  Juan gritaba en el desierto palabras de luz. Preparad sus caminos, alumbrad sus veredas. Abriros y conocedle. Dejaros alumbrar por dentro como por fuera. El que se abre a Luz y la conoce, ilumina su interior. Es capaz de enfrentarse a sus temores, a sus oscuridades. Jesús nace pequeñito pa

«Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra»

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(LUCAS 1, 26-38) Tal vez este fragmento del evangelio de hoy sea un buen motivo para repasar el mensaje del papa Francisco en la Exortación Evangelii Gaudium, nos encontramos con este “alégrate”. Que se sitúa como un ejemplo de esa alegría que debe ser el Evangelio para que llene nuestros corazones (EG 5). Deberíamos releer ese número en el que el papa nos pone a María como ejemplo de esa alegría. María constituye un ejemplo de la alegría que solo puede nacer de la confianza y la esperanza que nos trae la Buena Noticia. Ella se convierte en un auténtico Ángel, al ser la portadora de esa Buena Noticia para el mundo, para el ser humano, para todas las criaturas. Una mujer convertida en altar, en sagrario para nosotros. ¿Es en mi vida el Evangelio, su anuncio, motivo de alegría? ¿María es un ejemplo a seguir en mi vida en este aspecto de mujer/ madre? ¿Tengo entrañas de madre para con los que me rodean? Si estamos “en su presencia, todos nuestros días”, Jesús nos librará de todos los mied

Jesús, el dulce, viene…

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Jesús, el dulce, viene… Las noches huelen a romero… ¡Oh, qué pureza tiene la luna en el sendero! Palacios, catedrales, tienden la luz de sus cristales insomnes en la sombra dura y fría… Mas la celeste melodía suena fuera… Celeste primavera que la nieve, al pasar, blanda, deshace, y deja atrás eterna calma… ¡Señor del cielo, nace esta vez en mi alma!    (Juan Ramón Jiménez)

Estad siempre Alegres. Domingo 3º de Adviento - Ciclo B

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  Jesús está llegando. El Adviento avanza y sentimos la cercanía del Señor que viene a nosotros. Queremos prepararnos para acoger al Señor y dejar que Él crezca en nosotros y llene de su luz nuestra vida. También nosotros vivimos la ilusión previa al parto. Al igual que una madre y un padre desean ver y abrazar al hijo que esperan, toda la Iglesia anhela celebrar el nacimiento del Hijo de Dios.  Por este motivo, en estos días previos, es importante mirar con esperanza para descubrir los signos del nacimiento de Dios que viene a nosotros «en cada hombre y  en cada acontecimiento para que lo recibamos con fe y para que demos testimo- nio por el amor de la espera dichosa de su  reino».  Allanad el camino.  La mejor manera de prepararnoS para vivir con intensidad este tiempo, además de con la oración y la participación en la vida eclesial (parroquial, comunitaria), es mediante el compromiso con el prójimo, especialmente con los más necesitados. Queremos allanar el camino para que el Señor

Un cielo nuevo y una tierra nueva.

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  Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia. Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con él, inmaculados e irreprochables.

¡Preparad el camino al Señor!

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     Cuando Marcos nos habla de Juan, y nos transmite su llamada a “preparar el camino al Señor”, podríamos interpretar que la elección del sustantivo es casual. Juan habla de “camino”. No llama a construir un palacio, ni un hotel, ni una organización,ni un comité… Tampoco nos pide sacar los sillones, ni siquiera los reclinatorios. Si Juan dice “camino” será porque la cosa va a ir de levantarnos, sacudirnos las telarañas y movernos. Echarnos cuatro cosas a la espalda y buscar un “hacia dónde”. Hacia una nueva realidad, hacia los otros que nos necesitan, hacia la bondad que llevamos dentro y que necesitamos sacar y ofrecer. Hacia conseguir que Dios vuelva a ser el centro de mi vida; hacia dar sentido a lo profundo y estar dispuestos a encontrarnos con Dios, acoger su perdón y dejarnos inundar de su verdad * Fotografía tomada a las afueras de Linares (Jaén).     

Por eso en mi camino el faro que me guia eres Tú.

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" Pues el mismo Dios que dijo: De las tinieblas brille la luz, ha hecho brillar la luz en nuestros corazones, para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que está en la faz de Cristo.  Pero llevamos este tesoro en recipientes de barro para que aparezca que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no de nosotros. Atribulados en todo, mas no aplastados; perplejos, mas no desesperados; perseguidos, mas no abandonados; derribados, mas no aniquilados "  II Corintios 4, 6-9

¡Despertad!

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    ¡Mirad, vigilad, velad! Nuestra fe, nadie e vivamos sin ella, está siempre cuestionada desde la realidad de una vida que no se detiene, que anda buscando nuevas respuestas y nuevas soluciones a lo difícil que es vivir. A veces se refugia en fórmulas o ritos o rutinas. Son expresiones con significado, pero deben estar confrontadas con la vida. Ahí es donde podemos encontrar a Dios. Pero también Dios se niega a ser tratado como una frase, un rito, una fórmula repetida. Es Alguien Vivo y con un corazón que siente y quiere sentirse querido y acogido. No utilizado. ¿Vamos a prepararnos para acogerlo? El Adviento nos invita a revisar nuestra forma de vivir la fe en Dios. Esa fe no descansa en rutinas, necesita vivir siempre en la frescura de la vida que, como el río, corre y se renueva y aborda las dificultades y va limando obstáculos y va haciendo cauce. Con Dios siempre es posible, pero hay que estar despiertos.

Estigma - Llega

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Rompe las cadenas que atan la tristeza. ¡Santo es el Espíritu de Dios!